Un joven abogado funda un nuevo bufete para trabajar en demandas colectivas. Estas se caracterizan por ser pleitos que dan poco trabajo y mucho dinero. Pero no todo son ventajas, aunque al principio pueda parecerlo. Fue el primer libro que leí de este autor y tuve la mala suerte de tener un asesor no muy bueno. El protagonista no me atrajo nada, por culpa de su avaricia y su nula moral. La historia es demasiado lineal y previsible, aunque da mucho que pensar. No sé porque decidí repetir con Grisham, a pesar de la mala experiencia, pero menos mal que lo hice, porque descubrí que es un autor que no suele defraudar.