Un día me crucé en la biblioteca con este libro, el cual despertó mi curiosidad. Le pregunté a un amigo y me lo aconsejó, sabedor de mi pasión por la fantasía. Gracias a él conocí a Tarón, un granjero muy amigo de un cerdito, que resulta tener poderes mágicos. Brujas, dragones, magos tenebrosos, zombies y muchas cosas más se cruzan en esta divertida historia. Este es el primer libro de una saga. Es entretenido, pero tampoco para tirar cohetes. La historia tiene todos los ingredientes típicos: el malo muy malo, el heroe admirable, su chica y, como no, el viejo sabio, conocedor de varias historias antiguas, que al final resultan ser ciertas. Sirve para pasar un buen rato, pero no me siento impulsado a continuar la saga.