Un grupo de niños, a causa de un accidente aéreo, van a parar a una isla desierta. Allí deberán aprender a sobrevivir y relacionarse entre ellos. Las normas y el órden inicial, acaban desembocando en enfrentamientos y anarquia. El autor de este libro pretende contarnos una historia con mensaje, sobre las relaciones humanas. Los protagonistas son todos niños, pero se pueden sacar conclusiones aplicables a los adultos. El ritmo de la historia a ratos flojea, y no logra sorprender casi nunca. La idea es buena, pero no acaba en un libro redondo. Si que he de reconocer, en su defensa, que me habían hablado muy bien de él, y mis expectativas eran altas.