La posibilidad de leer a este autor, clásico entre los clásicos; la cercanía de esta época tan bonita llamada Navidad; los carteles que ví por la calle de su nueva adaptación cinematográfica; y la brevedad de la novela; fueron los motivos que me llevaron a leer esta entrañable historia. Ya había visto -siendo pequeño- una adaptación de Disney de este libro, con el Tio Gilito como Scrooge y Mickey como su sobrino. Pero el placer de leerlo de la mano del mismísimo Charles, supuso un redescubrimiento la mar de encantador. No os voy a contar el argumento, porque creo que es de sobras conocido. Solo os diré que fueron unos buenos ratos; a pesar de considerar que la historia es un poco esquemática, y que me esperaba más resistencia a cambiar de vida por parte de Scrooge.